Es una tradición que se remonta a 500 años atrás y que se realizaba en homenaje al dios Atagujo, adorado por los huamachucos, como tributo a la fertilidad y en agradecimiento por las buenas cosechas. Esta fiesta se celebra en la ciudad de Huamachuco (provincia de Sánchez Carrión), en la región La Libertad, en la sierra norte del Perú. Con la parada del gallardete se inician los festejos que se prolongan hasta el 30 de agosto. Los días centrales son el 14 y 15 cuando se escenifica la multitudinaria procesión de la Virgen de la Alta Gracia. Leer más.
Se levanta sólo con fuerza humana.

Primero se pasea el gallardete por la plaza.
Más de 300 metros de gente jalando y empujando
Más de 3 mil suman sus fuerzas en esta tradición.
La unión hace la fuerza.
Cuesta arriba no se detienen.
Una reparadora chicha de jora fermentada.
Una contradanza para festejar.
A danzar con Los Shalpirejos.

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Cada 29 de junio de todos los años los pescadores le rinden un homenaje especial a su patrón. En Huanchaco recibe un tributo especial de parte de los pescadores tradicionales, quienes desde un mes antes le construyen su embarcación de totora: patacho, similar a la que utilizaron los antiguos mochicas, quienes poblaron esta tierra y dejaron monumentales obras, como la Huaca de la Luna, El Brujo, entre otros.
San Pedro es sacado en procesión desde la iglesia colonial Perpetuo Socorro, cruzando las estrechas calles de Huanchaco, hasta la playa donde es subido al patacho para pasearlo frente al muelle artesanal, ante la atenta mirada de miles de turistas y pobladores.


El Patrón reposa frente al muelle artesanal después de su paseo.
Son cientos de devotos que lo acompañan en la procesión.
Los pescadores tradicionales alistan sus caballitos de totora.
Tras el paseo hay que sacar a tierra la nave.
Autoridades y pescadores lo acompañan en su recorrido.
Decenas de pescadores lo escoltan en sus caballitos de totora.
En la orilla los feligreses esperan el retorno de San Pedro.

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El balneario de Huanchaco, a 15 kilómetros de Trujillo, se caracteriza por albergar una entnia que se remonta a la cultura Moche, gracias a los pescadores tradicionales, quienes continúan utilizando el caballito de totora en sus faenas de pesca diaria, tal como lo hicieron sus antepasados. Esta tradición se ha convertido en uno de los principales encantos históricos de este milenario pueblo del norte del Perú. Aquí las imágenes de la reina de la fiesta patronal en honor a San Pedro -el apóstol pescador- por las venas de ella también corre sangre mochica.








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